Eustorgio A. Domínguez D.

En esta ocasión me veo en la tarea de desarrollar un tema poco conocido, quizás por lo reciente que es o por lo indiferente que puede ser para algunos, pues es un tema de Ciencia que luego tiene contornos de Derechos, si bien esa combinación en la práctica es sumamente interesante, a priori, no convence demasiado, o al menos, eso es lo que parece darse en nuestro país, pues la literatura con respeto al tema o incluso los debates, son escasos. Pero esa escasez, no es antojadiza ni muchos menos, en gran medida es por la cercanía a la Ciencia y la actitud poco interesada de una gran cantidad de profesionales del Derecho con respecto al tema.

Pero también encontramos otra razón, que podríamos verla como más “profunda”, si así se le puede llamar, y consiste en que cuando se habla de Bioética, el panorama tiende a complicarse, pues como bien lo tuvo que plantear Gilbert Hottois en una de sus obras, existen diversas vías de pensamiento con respecto al tema; por un lado está la primera vía de hacer todo lo tecno científicamente posible, la segunda vía de conservar la esencia de la persona y la naturaleza y por último, la vía intermedia. La razón por la que traigo a colación a Hottois, es porque existe una diversidad de conceptos y no hay una unidad de criterios. Entonces esa falta de unificación, produce que no todas las personas puedan discutir de Bioética, pues a diferencia de otras disciplinas en donde ya hay unos límites establecidos y no siempre variables, en este campo, tú mismo tienes que ir creando límites, porque los mismos no son inertes, pues tienen que avanzar de la mano del desarrollo de la humanidad.

En ese avance, es en donde viene a jugar un rol importante los Derechos Humanos, pues quizás en otro siglo, se permitía hacer ciertas cosas para lograr determinadas metas, sin que existiera un control de si esas “ciertas cosas”, estaba bien hacerlas, o no. Pero como el mundo avanza y con ello también cambia el Derecho, el paradigma fue cambiando, ya no sólo era importante el desarrollo, ya no sólo era importante la experimentación, incluso ya no se trataba sólo de actuar con las mejores prácticas científicas, era necesario ahora que esas practicas fueran conforme al Derecho Internacional de los Derechos Humanos, basándose principalmente en algo muy sencillo, la “dignidad” del ser humano, el respeto a la vida, ya no podía ser posible que se permitieran las experimentaciones atroces con seres humanos, como se daba en la Alemania Nazi, de la cual debemos decir que es la viene a inspirar todo el tema de la Bioética y los Derechos Humanos, emitiendo un mensaje de que si bien el mundo debe promover los espacios para el desarrollo, el mismo no podía ser conseguido a cualquier costo, sino que los científicos, médicos y todos aquellos dedicados a las ciencias de la vida, debían tener límites éticos en su actuar, que sus decisiones y experimentaciones, necesitaban estar basadas en una razonabilidad y una proporcionalidad.

Lo anterior da como resultado un cambio de paradigma en la ciencia, el mundo cambia, descubrimos que no todo puede ser posible, pero que tampoco todo puede ser prohibido.

Los Derechos Humanos vinieron a recordar que no se realizan experimentaciones con simples “cosas”, sino con individuos humanos que tienen una personalidad, que tienen una dignidad, que tienen una vida que los hace únicos. Ese desarrollo con respecto a los Derechos Humanos, viene a formar parte en instrumentos como lo son; el Código de Núremberg, la Declaración de Helsinki, la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, el Informe Belmont, la Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos y la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos.

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